En un primer tiempo, es conveniente saber cuál es tu pie delantero, te servirá de pie de apoyo.
Si nunca has practicado snowboard, ponte de pie, los pies separados de la distancia de tus hombros, haga que alguien te empuje de un golpe fuerte (¡pero no demasiado fuerte!).
Si el pie derecho avanza primero para reequilibrarse, entonces eres "goofy", y si es el pie izquierdo, eres "regular".
Luego, tienes que evaluar tu nivel de snowboard y lo que deseas hacer con tu tabla.
Es evidente que no vas a elegir la misma talla de tabla si eres freerider o freestyler, o ambos y que optas justamente por polivalencia.
Hay que saber que existe un estándar de medida para no equivocarse en cuanto a la elección de la talla de tu tabla. Sólo tienes que ponerla delante de ti y ver si tu mentón pasa por encima sin dificultad.
Entonces es una tabla que mide aproximadamente 20 a 23 cm menos que tu talla y es lo que se aconseja si quieres polivalencia y que tienes un nivel intermediario, que seas principiante o confirmado.
Ahora si eres un profesional del freeride, es mejor optar por una tabla más grande que permitirá más capacidad de carga sobre nieve en polvo y más estabilidad en pendiente a alta velocidad.
Si te gustan las sensaciones extremas, puedes elegir una tabla que te llega al nivel de los ojos, y si te gustan las sensaciones sumamente extremas y que deseas un deslizamiento agresivo entonces elige una tabla que te llega hasta la frente.
Al contrario, si eres más freestyle, tendrás que elegir una tabla de 2 a 3 cm más pequeña que la que te llega al mentón, porque claro que es más manejable para rotaciones y permite más reactividad.
La mayoría de las marcas proponen su guía de tallas en función del peso del usuario/a.
El sexo determina cuál talla de tabla tienes que elegir. Incluso si no es obligatorio, es preferible elegir una tabla adaptada que seas hombre o mujer, porque el ancho y el shape son diferentes para ambos sexos.